Por Tanja Koppers
Las personas que me conocen y que conocen también mi historia con la iglesia Adventista, o aquellos que escuchan lo que todavía está sucediendo en las iglesias, a menudo me preguntan: ¿Por qué te involucras con SDA Kinship? ¿Por qué sigues siendo miembro de una iglesia que, obviamente, no está interesada en ti?
Y para ser honesta, de vez en cuando pienso que trabajar para Kinship cuesta tiempo, paciencia y a veces también dinero. En ocasiones, el trabajo con Kinship puede ser muy frustrante. En esos momentos necesito recordarme a mí misma esto:
Recuerdo la primera vez que me enamoré de una mujer y las dudas que tuve en relación a mis creencias. Recuerdo sentirme desesperada porque, tal vez, ya no pertenecería a Dios y no sería querida por la iglesia, la cual también era parte de mi familia. Recuerdo buscar respuestas para controlar mis dudas y la aparentemente desesperada lucha contra mis sentimientos que parecían estar "equivocados" en ese momento.
Recuerdo la alegría que sentí cuando escuché de un amigo sobre el grupo HAD (Homosexuales Adventistas en Deutschland). Una organización como SDA Kinship, que ahora es SDA Kinship Alemania. Recuerdo la alegría que sentí cuando conocimos a otros Adventistas gays y lesbianas, y escuchamos acerca de otras maneras de ver e interpretar los versículos de la Biblia que son típicamente usados contra los homosexuales. Conocimos personas de mentalidad abierta y que defienden la diversidad en nuestras congregaciones y que trabajan para apoyarnos y ser nuestros aliados. El compañerismo en las reuniones y el intercambio de ideas fueron tan útiles que me ayudaron a aceptarme a mí misma.
Mucho ha cambiado en el mundo hoy. Algunas cosas han cambiado en nuestras iglesias, pero mucho ha permanecido igual. La desesperación, las preguntas, las dudas parecen ser las mismas hoy que ayer.
Y cuando pienso en ello me doy cuenta que:
Quiero ser un punto de contacto para aquellos que lo buscan. Quiero que nosotros, como personas LGBTI, podamos encontrar comunidad y formas de compartir entre nosotros. Que aquellos que "buscan" puedan encontrar ayuda espiritual de pastores que los apoyen. Quiero que tantas congregaciones como sea posible obtengan información y tengan la posibilidad de conocernos de manera más plena.
Por esto, vale la pena sacrificar mi tiempo, mis nervios, mi dinero. Vale la pena luchar para que, esperanzadoramente, las futuras generaciones de Adventistas LGBTI no tengan que luchar más y no necesiten alejarse de la Iglesia porque no se sienten bienvenidos. Tenemos esperanza de que las generaciones futuras no se sentirán culpables y no tendrán dudas acerca de sí mismos, sólo porque son diferentes.
Me siento agradecida porque no estoy sola en este trabajo; aunque a veces siento que estoy luchando sola. Por ejemplo, si nadie responde a mis preguntas o si ponen a prueba mi paciencia porque sólo recibo respuestas después de una continua insistencia, puede ser frustrante para mí. Pero entonces, inesperadamente, hay ofertas y contribuciones. ¡Una verdadera respuesta a la oración!
Realmente deseo que haya más participación de más miembros. Sin participación, nada puede avanzar. No hay reuniones, no hay boletines informativos, no hay visitas a las congregaciones, no hay respuestas por correo electrónico y no hay intercambio de experiencias.
Sigo trabajando como voluntaria porque creo que es necesario y que necesitamos compromiso.