AMIGOS & AlIADOS POR QUé soy un aliado lgbt+
Al igual que muchos Adventistas, crecí con la noción de no aceptar a las personas LGBT. Siempre me he sentido incómoda con esta teología.
Incluso durante mis años de joven fundamentalista, cuando pude haber repetido esos argumentos de rechazo, sentía en lo profundo que algo no estaba bien con respecto a la falta de aceptación que la iglesia me había enseñado. En la universidad, un amigo muy querido salió del clóset, dejó la Iglesia y la escuela y no volví a saber de él.
Me acerqué a varios profesores de teología y les pedí que me ayudaran a entender esto. Cada uno de ellos citó los mismos versículos (los que son conocidos actualmente como "textos de azote").
Todos me dejaron inquieta e insatisfecha. Este fue el comienzo de un recorrido de muchos años hacia la aceptación.
Cuando oí hablar sobre la película “Seventh-Gay Adventists”, conduje tres horas para ver la proyección. Tenía tantas preguntas! A través de la película fui introducida a recursos que respondieron muchas de mis preguntas. Me convertí en una evangelista aliada! Compré 10 copias del libro de Justin Lee “Torn" (Rasgado) y los regalaba a cualquiera que mencionaba la problemática LGBT en mi presencia. Cuando se me agotaron, compré 10 copias más.
El mensaje de Jesús es un mensaje de aceptación radical. Según mi conocimiento, Jesús nunca se refirió a alguna teología LGBT, específicamente en la Biblia. Él pasó toda su vida mostrando esa aceptación radical a aquellos que fueron rechazados por la sociedad. Su amor no era un amor condescendiente. No era un amor “a pesar de”, era un amor íntegro.
Esto es importante porque muchos cristianos parecen creer que mostrar "amor" a personas LGBT significa “corregirlos” condescendientemente e incluso cruelmente. Sin embargo, Jesús no operó de esta manera. Su amor demostraba la aceptación de una persona totalmente compleja.
Es la meta de mi vida, amar como Jesús lo hizo, no podría rechazar a personas que Dios ha creado; personas totalmente complejas que tienes sueños, dificultades, temores y que resultan ser personas LGBT.
Como mujer, tengo una idea de lo que significa ser menos privilegiada. Aunque soy increíblemente privilegiada en otros aspectos (soy blanca y de clase media), he experimentado muchas de las pequeñas y grandes desventajas que conlleva ser mujer en la sociedad americana.
El ver que nuestra Iglesia lucha en este momento con asuntos relacionados con la ordenación de mujeres, me recuerda que hay otros que son menos aceptados por la sociedad de lo que soy como mujer.
Como miembro privilegiado de la sociedad no sólo es mi deber, sino un honor estar junto a mis hermanos y hermanas LGBT en su lucha por la igualdad y el respeto.
Si eres LGBT+, mereces ser tú mismo en su totalidad. Mereces amar a quienquiera que tú elijas. Mereces ser amado por Dios, por la iglesia, por tu familia y por la sociedad en la que vives. Gracias por permitirme luchar contigo.
—Lindsey Painter